Esto era algo premonitorio.
Pues eso, piérdete. Aunque a veces te obliguen a perderte. Piérdete y acepta que lo estás. Llora, todo lo que tengas que llorar. Y cuestiónate todo. Porque cuando estás perdid@ no pensarás más allá en como encontrar el camino, y te darás cuenta que el camino ya lo estás haciendo. Adiós planes de futuro. Hola planes del presente. Todavía no lo sabes, pero perderte es lo mejor que te puede pasar. Siéntete agradecida a los precursores de tu pérdida y a los acontecimientos inesperados.
Estos que llegan sin previo aviso y provocan una tormenta perfecta que ni tu misma sabrás como afrontar. Por suerte, como en toda tormenta y mar bravío siempre hay faros que te guiarán.
A veces, perderse es la mejor salida cuando ya no hay salida. Piérdete y cuando generes tu propia duda verás que no hay duda, porque la solución ya estaba en ti.
Tu, que ahora te revuelves pensando más de la cuenta, verás que tu mejor versión será posterior a tu momento más convulso, a tu caída más libre y a tu yo más perdido.