Despegamos

 

¿Estás preparad@?

Abróchense los cinturones porque en unos minutos despegamos al nuevo año. De hecho ya estamos en él, pero tuvimos un poco de retraso por eso de dejar todo a punto. A veces, saber esperar merece la pena. Respire hondo, acomódese y disfrute de las vistas. Despegamos por la pista 18 (la estrenamos nosotros, con nueva numeración).

En cuestión de minutos alcanzaremos la velocidad de crucero, mientras tanto, a su derecha puede ver todo lo que ha dejado atrás en forma de rayos de sol (la mayoría procedente de las Baleares y el Sur) alguna que otra borrasca sin sentido y algún nubarrón desubicado. A la izquierda, de frente, puede divisar lo que vendrá: su año.

Días soleados, con pequeños intervalos nubosos que harán que experimentemos alguna que otra turbulencia. No se preocupe, para sobrevolar los cielos infinitos a veces hay que atravesar tormentas efímeras.

El vuelo está previsto que dure los próximos 364 días, pero haremos escalas emocionales y paradas racionales siempre y cuando sea necesario. Bienvenid@ al vuelo Boeing 2-0-1-8, de último modelo y con todo tipo de detalles. A bordo un comité de familiares, expertos amigos y conocidos geniales te acompañarán. También se ha colado un perro, que no sabe estar solo y necesita 24h de mimos.

Explicado todo, consideramos que es usted, ahora sí, apto para despegar al nuevo año 😉 Esperamos que disfrute de su vuelo.

 

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2018: Por todo lo bueno que vendrá

Que no, que el 2017 no ha sido tan malo. De verdad, párate y piénsalo. ¿Cuántos viajes has hecho? ¿cuánta gente nueva has conocido? ¿cuántos planes diferentes hiciste? ¿Por cuántas versiones de ti mism@ pasaste?

Pues eso. Que el 2017 ha sido ante todo tu año de aprendizaje, de reconversión y detoxicación. De irte lejos para volver más cerca de todo. De estar más tiempo en tierra para ahora sí, alzar de nuevo el vuelo.

De ser más consciente de que sí, el tiempo pasa, y te repasa sin tener apenas,eso, tiempo de llegar a un acuerdo, a un paréntesis. Porque en cuestión de tratos, aquí tu no tienes nada que hacer. Solo esperar.

Por eso, para el año que viene, no pediremos nada, fuera objetivos y metas que te oprimen y no te dejan respirar. Ya tenemos bastante con esa «presión social» de tener que hacer las cosas a una determinada edad. Suficiente.

Si las cosas buenas que trae el 2018 tienen que «sorprenderte» que sea un lunes cualquiera, un finde de relax o en cualquier lugar. Pero que te pille desprevenid@, sin discurso y sin excusas que contar. Que te erice la piel, te ilumine la mirada y te encoja de hombros para saber decir, ¡sí, quiero!

A ti, que lees siempre esto, solo puedo desearte que tengas un 2018 lleno de cosas buenas por llegar.

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Sueña más despierta que dormida

Las ventajas de soñar son demasiadas, y tú, amiga, no te has puesto a pensarlas todas porque andas demasiado «preocupada» en qué pase algo, pero de verdad.

Mientras, soñemos. Sobre todo despiertos. Para el tiempo en un abrir y cerrar de ojos, focaliza tu mente y déjate llevar (sin pasarte de estación).

Sueña más despierta que dormida. Que a veces lo que sueñas fuerte se hace realidad y quien sabe si con la tontería te ves en otro lugar. He creado tantas películas en mi cabeza los últimos meses que me podrían dar el Oscar a mejor dirección y guión. Dirigirse a uno mismo es demasiado exigente y si hablamos del guión ya ni te cuento. Los mejores guiones serán los que tu escribas y se hagan realidad. Si lo consigues, escribe aquí en comentarios los tips a seguir.

De momento no se ha estrenado ninguna película, pero llegará. Mientras tanto si entre el tumulto de gente ves alguna mirada perdida sin móvil en mano…silencio, qué está soñando.

«Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.»

Calderón de la Barca

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El buen humor de las mañanas

Admiro a la gente que se levanta con energía. Que pueden hablar, que tienen los ojos abiertos, que sonríen y hasta tienen conversaciones. Un 10 para ellos.  Yo pertenezco a ese grupo antisocial mañanero que ni habla, ni sonríe y si me apuras casi ni abre los ojos. No pretendo cambiarlo, al revés no me importa tener esa actitud selecta, diferente y huraña. Prefiero mil veces personas así, que las que tienen un exceso de energía desmesurado por las mañanas. Relax, que tienes mucho día para gastar palabras.

Las mañanas son para disfrutarlas en silencio, a base de gestos y miradas. Que tus sentidos se vayan despertando con las horas del día, con el ruido incontrolado de la ciudad, con el taconeo de la de arriba (que otra vez llega tarde) o con el claqueo de tu perro por el pasillo.

Silencio.

Con un poco de suerte a las 12 del mediodía serás persona con sonrisa incorporada y buena cara. Pero espera, dame tiempo.

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Yo, quiero un barco

¿Sabes cuántas historias hay detrás de un barco? ¿O por qué se llama así? o ¿Cuántas olas ha surcado antes de ser desechado? Tener un barco, es tener la libertad de ser un poco Leonardo Di Caprio en Titanic, y poder gritar sin ser juzgado: «soy el rey del mundo». Tener un barco es tener un pedacito de mar, las vistas más bonitas de la isla, un asiento en primera línea de atardecer, un bronceado envidiable y un olor constante a verano. Es ser capitán de la calita en la que atraques y siren@ de la playa más cercana.

Tener un barco es tener  «esa decisión» de ir dónde tú quieras, hacer frente a la marejada sin salidas de emergencia y luchar sin intermediarios que puedan hacer de la tormenta perfecta la peor de las pesadillas . Saber que vayas en la dirección que vayas no encontrarás fronteras físicas; Que debajo del casco hay todo un universo submarino del que solo conoces una mínima parte gracias a tus habilidades con el snorkel. Es ser espectador del mejor zoo marino donde la mejor de las fotos será la que inmortalices con tus ojos.

Yo quiero un barco, un velero o cualquier artilugio que me lleve mar adentro, entre olas calmadas y atardeceres infinitos. Tener un barco es tener una vía de escape hacía un universo paralelo donde lo más importante será tu habilidad para manejarlo en condiciones extremas o saber el momento justo en el que alcanzas velocidad de crucero y empiezas a disfrutar, ahora sí, de ser capitán.

 

 

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Ámsterdam

Respira, has llegado. Tu destino, tu huida o el viaje de tu vida. Ya está. Lo has hecho. Has vuelto a desafiar el miedo cogiendo un vuelo a otro lugar. Respira. Que sigues viva. Ahora, andar. Y volver al frío, a un nuevo idioma y lo que vendrá. Cualquier detalle es bueno para fotografiar. Y respirar. Y andar. Y volver a empezar. No hay tiempo que perder, que este viaje ha venido sin avisar. De los que siempre recordarás. Del que a todos hablarás; y quizás tú no sabes por qué pero a veces los recuerdos se hacen sin querer, entre charlas de café y paseos a medio hacer.

¿Nos volveremos a ver?

 

 

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Periodos de transición

Transición.

Def. Acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto.

Si no sabes en qué punto estás de tu vida. Estás en un periodo de transición. Algo momentáneo, efímero, que pasará. Digamos que estás de paso. Lo bueno de estar en un periodo de transición es que no te duele dejar nada y quieres ganar todo. Porque todo lo nuevo que te está pasando te esta cambiando (para bien, créeme). Llamemos bueno a los cambios, a la novedad, o lo que está pasando ahora; que tú cieg@ de ti, no ves porque estás demasiado preocupad@ en qué ha pasado para que no estés en tu zona de confort.

Te diré que estás cambiando de espacio. Vamos, que te mudas. Y ahora, eliges tú, pero de verdad. Te aconsejo que tu próxima zona/espacio no sea 100% de confort, por eso, de dar un poco más de «vidilla» a la rutina y no amuermarte demasiado. Por eso, de mantener la ilusión constante ante el cambio, los planes imprevistos y los amigos de más. Lo importante es que estés segur@ de que esa es la zona donde quieres estar, dónde tú decidas qué será lo próximo a cambiar o sencillamente el espacio dónde esta vez tú eres la/el que empieza todo desde cero. Sin imposiciones.

 

 

 

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¿Cuántos nudos emocionales tienes tú?

Hay nudos de garganta, de los que te quedan mud@ y por mucho que quieras hablar son tus ojos los que a veces deciden gritar. Es tan tensa la cuerda que se forma en las cuerdas vocales que, a veces, hasta tragar saliva puede doler.

Estos se forman sobretodo por situaciones de impacto que te dejan KO, es ahí cuando la mirada hace la función del habla, supongo que de ahí vendrá el dicho de “una mirada vale más que mil palabras”. Verdad, verdadera.

Luego están los que se forman en el estómago, la intensidad es casi igual o superior a los de garganta, con la diferencia que según como se manifieste a veces hasta te quita el apetito, yo siempre digo “no hay mal que por bien no venga”. Supongo que los nudos en el estómago es la consecuencia en la que tu cuerpo te avisa de que hay algo que está ahí, para bien o para mal.

Si es para bien, sabes que tarde o temprano una situación externa lo va a deshacer. Que tú solo tienes que esperar entre uñas mordidas, mirada vibrante y alguna otra que risa tonta. No pasa nada, bienvenid@ al espectáculo más divertido y quién sabe si patético de tu primera vez en algo. Ya soy fan tuyo por enfrentarte con tu estómago lleno de nudos emocionales.

Si es para mal. Respira.

Tómatelo con filosofía, cambia tu orden, busca una alternativa, un plan B, una salida de sábado noche. Busca y si no encuentras, no desesperes. Que todo llega. Eso dicen por ahí.

A veces el tiempo deshace los nudos que tu no puedes deshacer. Ya te he dicho el final.

Por eso cuando veo que es predecible los nudos estomacales o que noto alguno que aprieta más de la cuenta, lo analizo, lo disecciono y empiezo aflojar. Y espero sin desesperar a que el tiempo los ponga en su lugar.

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La improductividad de los lunes

Cualquier cosa resulta más interesante que un lunes. Los lunes es el día más improductivo de la semana. Los lunes es un viaje de vuelta a la realidad, es un brusco despertar…El lunes ante todo es melancolía; un no estar allí, para estar aquí.

Esto lo tenemos que hablar.

Para mí, eres como un jarrón de agua fría en pleno invierno, como un choque frontal con alguien al que no quiero ver, como una mala noche, una constante alarma…Es tan poco el tiempo de desconexión y tan lenta la conexión a los lunes que a veces todo pesa y cansa más de la cuenta.

Tu rutina, tus cosas, tus manías, o como lo quieras llamar vuelven a la carga los lunes como el disparo de salida a la carrera semanal que llevas unos años corriendo sin parar.

Algunos se lo toman como una carrera de fondo, otros terminan por abandonar y algunos valientes optan por correr fuera de la pista. Son los que huyen de ese ritmo de vida. Tú, ya tienes mi más absoluta admiración y la de tantos otros que coquetean con el hecho de romper la rutina para vivir la de uno mismo.

Dicen que según te tomes las cosas así serán. Por lo que empieza por dar segundas oportunidades; aunque sea a los lunes e intenta empezar la semana con otro enfoque, otra actitud, otro tú

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Agosto en Madrid

Todos huyen a un lugar mejor, con el mismo sol pero con algo de mar, cuando en el fondo; de lo que huyen es del ritmo de vida de Madrid. Agosto es a Madrid como un coma inducido, en el que el ritmo cardiaco mantiene las constantes pero a otro compás y  en otro ambiente. Los agosto de Madrid son extremadamente secos de aire, faltos de agua y vacíos de estrés.

Es un desierto de gente y un paraíso para disfrutar. Agosto es para vivir en Madrid con calma, sin alboroto y sin prisas, que bastante corremos entre semana para no perder (quién sabe) si el último tren.

Disfrutar de Madrid en agosto es una apuesta segura a saber vivirla en los pequeños detalles.Localiza una piscina cercana, una escapada de fin de semana o un plan B para los días de excesivo sol y demasiada apatía.

Huye a ratos, y vuelve siempre para tener un sí a: » Y tú, ¿te quedas en Madrid?»

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