29.

_DSC9824

Se acerca la treintena, y sin que ella se dé cuenta, la miras de reojo y expectante por si antes de que llegues a ella, tiene algo que objetar en estos pocos años que te quedan ya. Ella no lo sabe, pero tienes tú más miedo del que te crees a que esa “losa” llamada 30, caiga sobre ti. Sin miramientos, ni tiempos muertos ni salas de espera en los que poder decir: “¡me faltó hacer esto!”.

Por eso hace ya unos meses andas merodeándote a ti misma en busca de tus tres o cuatro metas a cumplir antes de que cierres los ojos y soples en forma de deseo los 30 que se tambalean sobre esa selva negra que espera ser devorada.

En tu contra tienes las circunstancias externas que hacen que tus objetivos se vean altamente modificables. Por eso, hazte con un plan B (no contemplamos un C, porque confiamos en el A de primeras), que pasa por abrir fronteras físicas, mentales y laborales. Que por si el viento se convierte en huracán que te pille en otro país, en otro lugar y con otro punto de vista.

Espero que llegues o hayas llegado a los 30 con la satisfacción de haber cumplido algún que otro propósito, sin haberte fallado mucho a tí mism@ y con la certeza de que estás haciendo lo que siempre quisiste hacer…o al menos estás en ello. Que empiecen los 365 días de tu vida más alucinantes. Felices 29.

 

 

Share This:

Welcome to Dublin

IMG_7254

 

Me voy a Dublín.

1 mes, 4 semanas y 40.320 minutos. 28 días. Los mismos que años dejo en Madrid para acercarme a la treintena volviendo a estudiar lo que tanto odié.

Welcome to Dublin!

Me voy a Dublin, sin anestesia, pero con pastilla de “me la suda todo” en el avión. Con un efecto prolongado de cuatro horas. El justo que necesito hasta llegar al destino. Que me pierdo, no pasa nada, he cogido un alojamiento en un sitio turístico, vamos, un punto de encuentro entre la Marta despistada y la Marta responsable.

Vas a llorar, a gastar mucho dinero, a sentirte muy muy ridícula y a celebrar pequeños logros como no perderse en un trayecto de 20 minutos. Sabes todo lo que te va a pasar y aún así, vas.

Vas para empezar la cuenta atrás de lo que será tu camino más épico y glorioso (que así sea) a los 30. Vas para poner un check bien grande en tu lista de tres o cuatro propósitos antes de cambiar de década. Vas, porque quieres dar ese gran salto de “sé inglés” a “paso de exámenes, que yo, te lo demuestro hablando”. Vas porque las cosas no cambian, y aquí no hay tregua. Y por qué no, vas por eso de ser dueña y responsable de algo; Ya lo tienes: tu experiencia irlandesa.

 

Share This:

Carta abierta

Hola, soy tu destino, tu futuro o el conjunto de circunstancias que harán que tus planes no cumplan los tiempos marcados. Siento decirte, que de nada te ha servido que estos meses atrás le hayas dado vueltas a eso que quieres hacer. De verdad, que lo siento. En eso consiste mi trabajo, en desmoronar, o en construir cosas de la nada para que tú entre agobios de última hora intentes construir lo que será tu futuro más inmediato.

Espero que hayas aprendido el “nunca llueve a gusto de todos” pero oye, no te eches la culpa, en algo tendrías que invertir tu tiempo, mientras llenabas tu cabeza de planes, de siguientes pasos y de objetivos por cumplir. Llegarás. A lo largo de tu vida te daré treguas y haré que tus planes salgan p-e-r-f-e-c-t-o-s y te regalaré viajes inesperados y te daré noticias que te cambien la vida, si son buenas o malas dependerá de la lección que quieras sacar de ellas y de cómo las sepas manejar.

Conociéndote, seguirás planificando tu vida como si nada ni nadie fuese a perturbar tus planes 😉 Pero confío en que el tiempo te haga más sabia y te dé la experiencia que te falta.

Atentamente,

Tu futuro.

Share This:

Viajar como antídoto

Bosque de Oma (País Vasco)

Bosque de Oma (País Vasco)

Somos mas felices viajando. Lo hemos comprobado. Y recomprobado por casi cuarto año consecutivo. Viajar es el antídoto de desaprender y desesperar. Viajar es una de las medicaciones comúnmente conocidas para “curar el alma”. Viajar, descubrir lugares nuevos y respirar oxígeno aumenta las hormonas del placer y la motivación (dopamina), el estado de ánimo (serotonina) y la felicidad (endorfina).

Lo importante son los efectos secundarios que suelen prolongarse en el tiempo y liberarse progresivamente según lo vayas recordando.

Viajar abre la mente, sacude tu espíritu y rompe tu rutina. Conocer te hace más libre. A veces pienso que nos preocupamos demasiado en preparar el viaje que en disfrutarlo, que queremos que llegue el día, que lo vivimos deprisa. Deberíamos viajar con lo puesto, con una mochila vacía y unas deportivas cómodas. Que no se nos resista la calle más empinada o la montaña más alta, que el aire cuanto más alto lo respires más puro es. Que los planes, cuanto menos preparados mejor salen. No tendrás expectativas, ni soñarás con el trayecto, ni llenarás la maleta de “por si acasos”. Viajarás mejor, más libre y quizás más feliz, solo por la ignorancia de no saber adónde vas, ni con qué ni quién te encontrarás.

Share This:

Des-aprender

_DSC2359

Estás desaprendiendo, y lo peor de todo es que eres consciente de ello. Que estás perdiendo el tiempo, regodeándote en lo más absurdo y sinsentido que te puedas echar a la cara. Estás olvidando lo que has aprendido a base de desidia, agonía y desesperación. Desaprender es peor que el aburrimiento. Desaprender es no recordar lo que has aprendido porque ya no lo pones en práctica. Es perder la ilusión y entrar en un bucle del más absoluto pasotismo elevado a la décima potencia. Es “darte igual”, pero de verdad. De verdad, verdadera.

Cuando algo carece de sentido e interés, algo hay que hacer. He aquí el mayor dilema: «-¿Y ahora qué? -Pues no lo sé». No sé absolutamente nada. De lo único que estarás seguro es de aprender, aunque sea a base de sacrificio, de empollar libros y de ser autodidacta. Mientras, englobaremos las estadísticas a nivel europeo de ser los mejores preparados de todo el continente. Ya se encargarán las universidades americanas o las empresas inglesas de darnos un futuro más próspero. Aprendiendo a base de prácticas mejor remuneradas con futuro, contratos óptimos y profesionales empáticos.

Mientras encuentras la fórmula secreta para frenar tu desaprendizaje, te recomiendo que busques incesantemente una salida, ya sea de fin de semana, de media tarde o del país. Evoca a los dioses, desea muy fuerte y confía en ti, por lo menos para demostrarte que tú también puedes llegar donde te propongas.

Share This:

A veces, hay que saber esperar

IMG_9929

Esperar impaciente, pero esperar. Esperar a que el destino haga su función, “la de consignación, señalamiento o encadenamiento de sucesos…” Déjale trabajar, que espabile tu vida, la remueva y la vuelva a formar. Que te traiga lo que sea necesario, lo que esperas o lo que anhelas. Pero espera, que él ya va a tu encuentro. Que el camino no es solo cosa tuya. Que por mucho que ares la tierra, no brotará flores si no es la época. No te empeñes. Tómatelo con la calma justa y necesaria como para llevarlo de la mejor manera posible. Mientras, invoca el karma, las ciencias sobrenaturales o cualquier rito indio que te ayude a llevar la carga de no saber nada. Nada de lo que vendrá. Haz de la espera el mejor aprendizaje del presente. Que a estas alturas eres tod@ un@ superviviente.

Quizás llegue antes de lo esperado, o tan tarde que ya no recuerdes aquello que tanto querías que pasase, será síntoma de que has superado tu propia ansiedad y agonía de esperar. Que el karma te ha compensado por el camino con algo tan tan genial que ha reseteado tu lista de deseos inmediatos. Será, que ahora, las prioridades han cambiado y sin darte cuenta has dejado el destino a un lado.

Share This:

Nunca es tarde para empezar de nuevo

faro

Nunca es tarde para empezar de nuevo. Eso es justo lo que te acabo de decir por teléfono. Y parece como si hubiera pasado un ángel entre mis palabras y las tuyas. Pero es cierto, nunca es tarde para empezar otra vez, de 0, desde el principio, desde la meta o la salida, según se mire. Nadie medirá tu tiempo ni tus horas de espera. Nadie sabe lo que realmente sientes, salvo tú, así que no pienses tanto, que yo te espero, a que hagas la lista más larga o corta que hayas escrito, llena de cosas por cumplir. No te agobies, que el viaje dura lo que tu quieras que dure, que tu casa siempre estará donde estemos los dos, dónde no haya paredes ni pasillos y los recuerdos más increíbles se cuentan en cualquier parque o bar.

Que el país y la pertenencia a algo se lleva por dentro, que eso no quita que recorramos mundo y descubramos lugares donde poder decir: ¡qué bien se está aquí! Quizás no hayamos sabido aprovechar el tiempo, porque cuando piensas que te queda medio siglo más por delante (por lo menos) no reparas en el ahora. Sin embargo, amor, todavía somos jóvenes para adelantarnos a la primavera, al verano y a todas las estaciones pendientes por llegar para volver a empezar de nuevo.

Share This:

2016, lo nuestro, solo acaba de empezar

_DSC8869

Tengo síndrome post vacacional, de Navidad, del 2015 o como lo quieras llamar. A la emoción de empezar el año se suma el “otro más que pasa”, que pasa y te repasa. Porque los días avanzan sobre ti sin que te des cuentas, y el día menos pensado te plantas en la playa con tu orca hinchable y la operación bikini a medias. Que el 2016 promete lo que tu quieras prometer y que los sueños se cumplen si les allanamos el camino. Que los años son iguales, que el que cambia eres tú, y según pasan los años cambiamos menos. Visto que el 2016 seguirá por el mismo camino de días y semanas que el 2015, me he propuesto avanzar más en las decisiones y hacer menos análisis exhaustivos de las cosas, reír más y llorar menos, dar la importancia justa y vincularme más al arte, a las cosas que como dicen por ahí “alimenten el alma” que se ha comprobado que da buenos resultados. Querido 2016, lo nuestro, solo acaba de empezar, y todavía nos quedan 355 días por delante para intentarlo, reintentarlo o empezar de cero.

Share This:

365 días no son nada

image

Si tuviera que pedir un deseo para el año que viene, sería ser más consciente de todo. Me daría cuenta, pensaría menos y observaría más. ¡Qué 365 días no son nada,que me saben a poco!

Si por un momento tuviese la oportunidad de ser más consciente de todo, amarraría el tiempo, para que no se resbalase entre los dedos y contaría los minutos para hacerlos recuerdos. Pediría conquistar lugares nuevos, perder el miedo a volar y descubrir, que no he visto nada comparado con lo que todavía nos queda por ver.

Si el 2016 me dejase, soñaría menos y arriesgaría más, apostaría todo a una carta, y aunque la caída fuese más dolorosa, la victoria sabría más a gloria. Porque si tuviera más consciencia de que 365 días no son nada, empezaría a planificar mi ahora y dejaría el futuro en las manos de los soñadores e indecisos. Haría del presente el mejor campo de batalla y empezaría a conquistar tierras poniendo límites a mis fronteras. Mantendría más a menudo la más sincera de las sonrisas y lucharía hasta ganar la guerra, con un solo lema: “Ahora o nunca”. Solo así, quizás, sería más consciente de que 365 días es una pequeña parte de los veintitantos que llevo vividos y que quizás cuando tome conciencia de todo, en 2016 o algún día de estos,sea demasiado mayor, sea demasiado tarde, o este demasiado desencantada para tomar conciencia de que 365 días no son nada.

Share This:

Si el Gordo me quisiera…

foti LP_new

Ni el segundo, ni el cuarto, ni el quinto premio. No hay gordo que me quiera, ni espacio, de momento, para que le dé una oportunidad. Si aun así, el destino quisiera que me tocase el gordo, lo primero que haría sería comprarme un apartamento, ni muy grande ni muy pequeño, pero con espacio suficiente para dos o tres, incluido uno de cuatro patas. Tendría un ventanal de punta a punta para que la calle fuese el mejor escaparate que ni los mejores estilistas pudiesen mejorar.

Ayudaría alguna asociación humana y animal, porque nunca es suficiente. Me compraría unos patines para volver a patinar y ver que la caída, en el fondo, no es tan mala si el trayecto es divertido. Invertiría en un terreno, piso o bolsa, porque después de cumplir con casi todo y todos, dejaría en manos de la suerte parte de la fortuna. Y si aun así tuviese mucha suerte y ganase aún más dinero, tal vez me retiraría al norte. Entre montañas y playa, compraría una casa, para vivir mejor y respirar más limpio. Que Madrid a veces ahoga.

Aun así, sigue siendo muy poco probable que el gordo me quiera en esta vida, por lo que quizás va siendo hora de empezar con los patines.

Share This: