Lo sé, no te lo crees ni tú de que hayas sobrevivido un año más a tantas y tantas cosas que te han pasado. No intentes comprender cómo demonios has sido capaz de llevar a cabo estos 365 días que ya estamos dejando atrás. El tiempo es raro y abstracto. Cuando te lo estás pasando bien esprinta y cuando te aburres se duerme dando los minutos por hora.
Este año no daré guías, ni propósitos ni te recordaré todo lo bueno que está por llegar. Este año, te felicitaré, sólo por haber llevado con esa elegancia los 12 meses del año, por haber sido el superhéroe de tu 2014.
Quizás no ha sido tu mejor año, y muy probablemente (salvo excepciones) quedará guardado en el olvido de la memoria, vamos, que sabes que existe pero no recuerdas con detalle (ni falta que hace). Quédate con lo que de verdad importa. Llámalo viaje, lección momento o conversación. Llámalo como quieras, pero que al fin de cuentas en algún momento de estos dos días, eches la vista atrás y tengas esa maravillosa sensación de decir “no fue tan mal” eso será síntoma de que quizás no ha sido impresionante, pero lo suficientemente bonito para recordarlo.