El buen humor de las mañanas

Admiro a la gente que se levanta con energía. Que pueden hablar, que tienen los ojos abiertos, que sonríen y hasta tienen conversaciones. Un 10 para ellos.  Yo pertenezco a ese grupo antisocial mañanero que ni habla, ni sonríe y si me apuras casi ni abre los ojos. No pretendo cambiarlo, al revés no me importa tener esa actitud selecta, diferente y huraña. Prefiero mil veces personas así, que las que tienen un exceso de energía desmesurado por las mañanas. Relax, que tienes mucho día para gastar palabras.

Las mañanas son para disfrutarlas en silencio, a base de gestos y miradas. Que tus sentidos se vayan despertando con las horas del día, con el ruido incontrolado de la ciudad, con el taconeo de la de arriba (que otra vez llega tarde) o con el claqueo de tu perro por el pasillo.

Silencio.

Con un poco de suerte a las 12 del mediodía serás persona con sonrisa incorporada y buena cara. Pero espera, dame tiempo.

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