Yo también creo que sea un alma libre. De esas que en el fondo no tienen ataduras, independientes, volátiles, intensas. Que no esperan eternamente y se despiden en silencio.
Ser alma libre no es volar sol@, sino acompañad@ pero con independencia de los demás. Ese es quizás el verdadero amor. El más puro y sincero. El que nace de la libertad de uno mismo.
Las almas libres pocas veces se encuentran, por que en el fondo siempre hay un@ más libertino, más impulsivo y más intenso que el otro. Y menos mal. Así, hay compensación de intensidades.
Las almas libres vuelan alto, a veces caen, más de las que debieran, pero esa, es quizás la contrapartida de querer vivir más en el presente que en el futuro.
A las Almas libres quizás se las vea venir más de la cuenta. Son extremadamente puras, sencillas, aunque con ciertos toques de complejidad extrema que ni ell@ mism@ entienden. No siguen un camino pautado, y la vida a veces se les queda corta por las ansias de inmensidad que tienen.
Supongo que con el tiempo se calman, vuelven a sus orígenes más pausados y menos convulsos pero con la misma identidad con las que siempre alzaron el vuelo.