Tenía tantas ganas de salir, que cuando lo hice no formé gran tumulto. Sencillamente me fui, como quien llega por sorpresa y se va sin avisar.
Cuando tienes tantas ganas de escapar, a veces, no quieres ni celebrar.
Soy de pocas certezas y sí de muchas impresiones. Tener tan seguro algo, es perder por adelantado. Por eso, intento no suponer y menos sobretodo juzgar. Siempre fui más de observar.
Y finalmente me fui. Y hasta dudé de que fuera real. Me serví una copa de vino blanco. Dulce, siempre. Y brindé conmigo misma, porque cuando luchas en silencio y sin expectativas de victoria; cuando esta llega, estás tan en shock que solo puedes dejar que todo pase. Y pasó.
Porque
tarde o temprano
todo
termina
llegando.