Lo bueno dura poco. Muy poco. Piensas que tienes 2-3 semanas por delante y cuando te das cuenta y abres los ojos, no hay mar, ni cielo azul, ni aire puro…Con un poco de suerte habrás gastado todos los protectores solares que te compraste para recibirlo como Dios manda. Que nada te recuerde que has estado fuera de la ciudad. La lavadora se ha encargado de todo y a ti solo te queda el recuerdo de lo que fue el VERANO.
El verano no entiende de horarios ni de días. Cuando es verano no hay reloj, no hay alarmas, no hay notas, y con suerte no tienes ni ordenador, porque la única pantalla que necesitas es esa que se clava en la arena y te protege del sol.
El verano es para los amantes, jóvenes, locos, depresivos…los que un rayo de sol les consuela más que cuatro mantas mal puestas en invierno. Los días son largos y el clima acompaña, la combinación perfecta para que la tierra se ponga tonta, y de vez en cuando le de por llover y tronar.
Entonces, tú, amante,joven,loco,depresivo…te despiertas, respiras, te calzas y sales. Porque es verano, y en verano ni la hora ni el día importa. Mientras, y sin darte cuenta, habrás creado un recuerdo más para la posteridad, de esos que te sacan una carcajada un lunes por la mañana.