Existe una medicación mágica, sanadora y no medible con la que dicen los expertos que consigues curarte de casi todo. Se llama tiempo. Por lo visto es un tratamiento bastante conocido y usado por aquellos que han pasado por momentos sin sentido, des-ubicación emocional y laboral, almas perdidas, corazones rotos, pérdida del sentido, inconformistas vitales, corredores de fondo sin meta fija, enfermos mentales sociales…vamos que la medicación en cuestión es más conocida de lo que pensábamos.
El tiempo puede ser administrado por uno mismo o bajo supervisión (la mayoría de veces no médica); por eso de tener un control estimado del tiempo, en su justa medida, sin limbos emocionales. De ahí, que el tiempo pueda tener tantas aplicaciones como planes en los que invertirlo.
El tiempo puede venir dado en forma de manos. Fuertes y resistentes que te arrastran si es necesario a la misma puerta de embarque para coger el próximo vuelo con destino a cualquier parte.En forma de suscripción. Por ejemplo a Netflix; consiguiendo acelerar el mismo tiempo a base de series y películas de todo tipo. También puede venir en forma de maleta, vacía de recuerdos para que la traigas bien llena de sueños cumplidos. Ahí si que sí, el jet lag hará que te olvides hasta de tu propia medicación. También lo puedes encontrar en formato píldora, aunque aquí lo re formulan con productos químicos que hace que el tiempo no solo pase más deprisa sino que además ¡ni te enteres! ¡Maravilloso!
También lo tienes en formato deporte, grandes salas con gente muy musculosa o no, que por diferentes motivos están allí. Lo puedes encontrar en formato líquido; degustando los mejores cócteles del mundo en cualquier sitio chic para sentirte div@ por un día. Las dosis suelen venir en formato 2×1 por eso de sufrir, a veces, efectos secundarios.
El tiempo como medicación no es un descubrimiento, por lo que si te sientes identificad@ con alguno de los estados anteriormente mencionados, plantéate en que formato crees que tu cuerpo asimilará mejor el paso del tiempo 😉