A última hora planificas el mejor viaje de tu vida, te vas un mes al extranjero, a última hora te pones a estudiar de nuevo. A última hora siempre te piden cambios, a última quedas con él/ella que sabes que no te fallará, a última hora siempre vienen a preguntar, a última hora, pasa aquello que ya sabías que iba a pasar. Las cosas más sencillas ocurren a última hora, porque las importantes ya pasan cuando menos te las esperas.
No sé si es indecisión o vaguería, pero nos cuesta decidir; por eso lo dejamos todo para última hora. Nunca subestimes el valor de «la última hora» esa que a veces, por sencilla que parezca, marcará un antes y un después en tu vida.
Las últimas horas se caracterizan por no tener «medias tintas» por ser claras: o blanco o negro.
Existen esos momentos en los que los minutos son horas, y es que no ves esa última hora de empezar hacer lo que realmente te gusta. (ánimo, que no te queda nada). Otras veces, sin embargo, la apuras, la estiras en el tiempo y la fotografías mentalmente, porque sabes que difícilmente se volverá a repetir.
La última hora está para que pienses en lo que vas hacer inmediatamente después, y no en decidir qué harás el resto de tu vida o los próximos meses. La última hora es para los que se atreven a cambiar las cosas del ahora, su presente más inmediato o su futuro más próximo. Ellos, aprenden hacer de los últimos minutos, verdaderas rutas de viaje; aunque sea a ninguna parte.