Estar triste no es malo. A veces, se hace necesario para llevar todo. Vivimos tiempos tristes como sociedad aunque supongo que más de un@ vendría con esto de serie ya.
Pocas veces se habla del peso abrumador que conlleva estar triste. Esas pesas invisibles atadas al cuerpo que sin saber cómo te arrastran algún lugar donde la horizontalidad es un requisito fundamental. Ahórrense comentarios optimistas y frases de Mr. Wonderful (tan necesarias a veces y tan inoportunas en otras). Cuando de lo que se trata, aparte de estar, es de soltar progresivamente; por eso de no llevar el vaso demasiado lleno.
Se nos inculca luchar contra la tristeza y sonreír a toda costa, cuando de lo que se trata es de mostrar la emoción tal y cómo es para hacernos más fuertes, resilientes y saberlo gestionar. Y esto solo es apto para valientes que saben llorar.
Desde hace un tiempo no lucho contra aquello que no necesito ganar, sencillamente viene, me recuerda algo y luego se va. Y así con la mayoría de las cosas que vienen sin avisar.