El mío, mi versión más pura y magullada pero sin duda, la más ansiada. 33.
Bonito número y bonito día cuando de lo que se trata es de cumplir y saber todo lo que has crecido (sobretodo después de una cuarentena). Cuando cumples años mientras trabajas en tu próxima versión, no estás cumpliendo «un año más» estás brillando aún más.
Por el camino, grandes mentores. Faros de luz que han sabido guiarme y confiarme todo mi yo. Gracias. Algún que otro nubarrón y muchos más días de lluvia para florecer de la forma más viva y sutil.
33 años después, ni todo es para siempre ni nada es eterno. Ni todo es blanco ni todo es negro. No hay absolutos ni conjuros previos. Solo «cosas que pasan», la vida, te diría.
Y aunque siempre habrá piedras con las que tropezar y camino para andar, nunca estuve más preparada para volver a caminar.